domingo, 7 de abril de 2013

EL NIÑO DE LOS GLOBOS



El niño de los globos en Badalona. Una escultura, hecha por un particular, que he descubierto esta mañana tras seguir la recomendación de uno de los grandes de la fotografía, Martin Gallego. Aquí podéis ver su localización exacta, en la fachada frente al principio de la peculiar calle de la Costa, de la ciudad barcelonesa. Y es que hay ventanas que invitan, sin recelo, a perseguir un sueño eterno y velos tras los cuales se esconde, minimalista, nuestra propia esencia. Si lográramos escuchar, sin pretextos, a ese niño que fuimos un día, aquel que suele habitar tras esas ventanas verde esperanza con que deberíamos inaugurar, sin excepción, cada uno de nuestros días; si oxigenáramos a ese chiquillo que, travieso, persiste dentro de nosotros y justo antes de iniciar el vuelo, aún de puntillas, consiguiéramos que lograra sentirse liberado de las cargas fútiles; si le confiáramos un hueco de seguridad sin ahogos; si libremente respiráramos a pulmón descubierto de sus energías renovadas; si amplificáramos sin reproches su sabia vocecilla y consintíeramos que alzara ese vuelo sin empequeñecer jamás sus alas invisibles ... ese mismo niño nos transportaría a instantes mágicos que todavía están por llegar y que serían extraordinarios e inolvidables. ¿Los compartimos juntos?.


Si pongo corazón,
Déjame volar aunque tropiece con el cielo,
Hay noches estrelladas,
Y días que se estrellan contra el suelo.
Déjame intentarlo aunque tropieces con mis sueños,
Si aguantan las estrellas,
En una de estas noches contra el viento yo …  te espero.

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