martes, 12 de mayo de 2009

LA BOLSA DE LA TELEVISIÓN


SUBE HERMANO MAYOR. No dudo sobre la veracidad de los casos que trata el programa. Es más, creo que no se trata de actores que monten el teatrillo haciendo creer que a sus hijos les posee el demonio. Basado en el formato francés Le Grand Frère, los métodos utilizados por Pedro García Aguado me parecen adecuados, pero me cuesta creer que en tan poco tiempo se corrija tanto. Al igual que Supernanny o Esta casa era una ruina, me gustaría ver a los participantes de este experimento al cabo de unos meses. Un valor al alza a tener muy en cuenta.


BAJA LA TRIBU. El programa de Sardà lo intentó y naufragó. Como es normal. No se puede pretender que no se hunda un formato televisivo cuando su unico fundamento es las estrellas que lo configuran. Juntar dos egos como el de Sardà y Milà era un suicidio televisivo sin paliativos. Pero pretender repetir formulas de éxito como Crónicas Marcianas a estas alturas, la gente ya no está para tomaduras de pelo. Vasile debería plantearse que hacer con este barco a la deriva que es Telecinco. No creo en el rebote de este valor, es más creo que la mejor opción en este caso es vender.


SUBE PERDIDOS EN LA TRIBU. Echo de menos programas de viajes en la televisión y a pesar de que este ensayo queda lejos de lo que uno puede suponer, la experiencia resultante de compartir en familia una temporada en una tribu que nos acoja, es realmente interesante. Ello provoca momentos realmente hilarantes, no faltos de ritmo, en la que las costumbres occidentales y las propias de la cultura de los integrantes de la tribu son destacables. ¿Son actores pagados? ¿Esto de tribu tiene poco?. Da igual. En este caso me trago el anzuelo y me entretengo con un formato novedoso con el que Cuatro ya nos tiene acostumbrados. Véase sino Granjero busca esposa. Ello merece capítulo aparte. No obstante, no compren demasiadas acciones de este valor, dado que es posible que se estanque o empiece su descenso en semanas.


BAJA CALLEJEROS. En algun post me había echo de eco positivamente acerca de este formato y de la posibilidad de dar voz a quien habitualmente no la tiene. Me equivoqué y asumo la penitencia. Detesto profundamente la política de un programa que pretenda reflejar tan sólo a las minorias más estridentes y hacer creer que esa es la tónica general. No me extraña en absoluto las quejas de muchos barrios o localidades. La excepción no hace la norma. Y encima a muchos de los que salen a montar el numerito, les pagan por ello. Suspenso por falta de imaginación. Otra cosa es Callejeros Viajeros. Veremos lo que tarda en sumergirse en los contenedores.