martes, 22 de mayo de 2007

LA POLEMICA ESTA SERVIDA, OIGA

Cada vez que se plantea la polémica por un anuncio ya sea en prensa escrita o en televisión, no puedo sino indignarme. Por un lado ya asistimos al escándalo que del Observatorio de la Imagen del Instituto de la Mujer a la firma italiana Dolce & Gabbana referentes a la campaña de la temporada primavera-verano. En este caso se afirmó que la fotografía incitaba a la violencia sexista. (Más aquí).


Por otro lado en Marzo del presente año se pide también la retirada de un anuncio de Armani, en el que según el Defensor del Menor, la imagen de las dos niñas con poca ropa y que presentaban rasgos orientales, incitaban al turismo sexual. No puedo llegar a entender la posibilidad de que el denunciante vea en esa imagen aquello de que se queja, salvo que sea una mente lo tan sumamente retorcida que se preste a ello. Me pregunto si los rasgos de estas niñas hubieran sido occidentales si se hubiera montado la que se montó. (Más aquí).


Y hoy, para completar la trilogía, nos levantamos con la sorpresa de la retirada del anuncio de Iberia, tras las presiones de la organización de defensa de los consumidores Facua, al considerar que presenta a las mujeres cubanas con tópicos denigrantes y podría propiciar el turismo sexual. (Más aquí)


Si en cualquiera de los casos lo que se busca es una polémica intencionada para fines de marketing, podría llegar a entenderlo, aún no estando de acuerdo en los métodos. Pero a este paso el gag histórico de Martes y 13 de “Mi marido me pega” tendrá que ser revisado y prohibido por incitar a la violencia de género.

País de locos.

SUEÑOS DE SOLEDAD

Y allí había una nación. Tal vez un país. Y en este país, una ciudad, un barrio, una calle y una sola ventana dividida en sesenta y cuatro casillas. Y allí, de pie, me encontraba yo instalado: un caballo. Sin sospechar cualquier instante de importancia táctica vital, esperaba que mi peón acabara su movimiento y aterrizara allí donde estaba previsto. Pero un error de cálculo provocó que una torre, grandilocuente, me pasara como un rayo, justo por encima, me rozara las crines, me aplastara con la fuerza del desconcierto y me lanzara, con furia desmedida lejos de mi sitio. Entonces, ese mismo peón me miró, cabizbajo, exánime y arrepentido por su fatal acción.

Sin poder evitarlo de modo alguno, era testimonio mudo de mi trágica consumación. De repente, y en cuestión de décimas de segundo, me encontré perdido en un mar desordenado de otras piezas caídas, amontonadas en posturas imposibles; totalmente incapacitado para ver que sucedía en el tablero del que había sido repentinamente despedido. Y en el desorden, entendí el juego: acabada la lucha y con independencia del papel representado en ella, todas las piezas acabaríamos juntas en la misma caja, dispuestas para el comienzo de la siguiente partida.


MIEDO AL MIEDO

Valiente apuesta el libro de José Antonio Marina, que titula su última obra como Anatomía del Miedo. Cayó en mis manos hace poco y no se trata de un libro de autoayuda: nunca los he defendido ni me han gustado, sino que da un paso hacia delante. Se trata más bien de un ensayo muy bien documentado en el que se pasea de la mano de neurólogos y psicólogos, pero también de escritores por los que siento especial pasión Kafka (del que no podré olvidar jamás su Carta al padre), Rilke, Camus, Graham Greene, Georges Bernanos, entre otros.


Me quedo con un comentario hecho por él esta mañana en RAC1:

¿Cual es la diferencia entre un neurótico y un esquizofrénico?

Un esquizofrénico no duda que 2 + 2 son 5, en cambio un neurótico sabe que son 4, pero le molesta.

Sin palabras.